miércoles, 31 de mayo de 2017

¿Cómo sería una peseta de oro si España abandona el euro?


Si España vuelve a la peseta deberá elegir entre una peseta de papel o una peseta de oro. El dinero de oro no sufre inflación y fomenta el ahorro. Aun así, es poco probable volver a él, los economistas modernos consideran que demasiado ahorro es malo para la economía y prefieren el dinero de papel que pierde valor con el tiempo y fomenta el consumo. Ignorando todo esto e imaginando que la ideología de nuestros políticos cambia ¿Cómo sería volver a una peseta de oro que nunca pierde valor?

Una peseta de oro de 2018 sería muy similar a la original de 1869, cambiarían los diseños de la cara y la cruz. España es un país de tradiciones y el antiguo estándar europeo de finales del siglo XIX es difícil de superar. Cien pesetas equivalían a una onza de oro (28,70 gramos), lo mismo que 100 francos franceses, 100 francos belgas, 100 liras italianas, 100 francos suizos o 100 dracmas griegos. La conversión entre monedas era muy fácil, valían lo mismo.

La moneda de 100 pesetas sería la moneda de más valor. Respetando sus características originales, pesaría 32,25 gramos y mediría 3,5 centímetros de diámetro. Pesa más de una onza porque su pureza sería del 90%. El oro puro es blando y requiere ser mezclado con otros metales para que se endurezca.

Las monedas de oro de menos valor serían las de 20 pesetas y 10 pesetas. El peso en oro que tiene cada una sería proporcional a su valor. Históricamente no hubo monedas de 50 pesetas, pero posiblemente se acuñarían para facilitar el intercambio.

No hay monedas de oro de 5 pesetas o menos porque serían demasiado pequeñas y finas. A partir de las 5 pesetas, las monedas serían de plata. A partir de los 10 céntimos, las monedas dejarían de ser de plata para ser de cobre por el mismo motivo. Y sí, las pesetas se dividían en 100 céntimos porque se necesitaban unidades más pequeñas para comprar cosas pequeñas. Cien pesetas en aquel entonces equivalían a 1.100€ de hoy.

Aspecto de las antiguas pesetas:
Cien Pesetas
Diez Pesetas
Veinte Pesetas

Cinco Pesetas
Una Peseta
Dos Pesetas

Diez Céntimos
Cincuenta Céntimos
Veinte Céntimos

Cinco Céntimos
Un Céntimo
Dos Céntimos
La neopeseta, como dijimos antes, tendría caras y cruces diferentes, con el escudo actual y, tal vez, la cara del Rey actual. Por otro lado, es probable que conservase los pesos y medidas de las pesetas antiguas, consultables aquí. No sucede lo mismo con las monedas de plata y cobre cuyos valores eran "legales" ("porque lo dice la ley") y, por tanto, sus pesos y medidas son fruto del capricho. El peso de la plata de 20 monedas de 5 pesetas no valía lo mismo que el oro de una moneda de 100 pesetas ¿Por qué? Simple, el valor entre metales distintos fluctúa continuamente y la plata vale mucho menos: La moneda de 5 pesetas de plata tendría que tener el tamaño de un cenicero para que 20 de ellas valgan lo mismo que una de oro.
Cenicero de plata de 5 pesetas

Por el contrario, también es posible que se acuñen monedas pequeñas de medio céntimo al igual que se hizo con los centavos de dólar en Estados Unidos. Un céntimo de peseta antigua equivaldría a 0.11€ a día de hoy y puede ser un problema si se quiere comprar chucherías.

Ahora hablemos de los billetes: los había, pero eran poco usados. Los más pequeños eran de 25 pesetas, equivalentes a 275€ de hoy, y los más grandes eran de 1.000 pesetas, cantidad que superaba el salario anual de la mayoría de la población. Ante esto cabe preguntarse ¿La neopeseta incluiría billetes? Probablemente, pero no son recomendables. El problema no está en el tamaño, se pueden imprimir billetes de 5 pesetas o una peseta. El problema está en que los políticos SIEMPRE acaban manipulando el dinero de papel para estirar sus gastos. No hay registro, desde que existe historia escrita, donde no suceda. Fabricar papel es muy barato para los políticos manirrotos que quieren estirar sus gastos. Eso destruyó la antigua peseta de oro. Durante la Primera Guerra Mundial se inició la impresión del billete de 5 pesetas y para la Guerra Civil, ya se imprimían billetes de céntimos de peseta. Cambiar los billetes por monedas de oro se volvió imposible, demasiado papel para tan poco oro.

Personalmente, no encontré en ningún libro de historia un final oficial del patrón oro en nuestro país. Las últimas monedas fueron acuñadas en 1904 y es posible que durante la Segunda República desaparecieran de circulación ante la avalancha de dinero de papel y monedas de níquel, hierro y latón que acometieron los distintos gobiernos.

¿Volver a la peseta de oro sería fácil? Sí, lo difícil es que los políticos tengan la voluntad para hacerlo. En el año 1900 había en circulación unas 40 millones de monedas de oro, 400 millones de monedas de plata y  1.000 millones de monedas de cobre. Parece mucho, pero en oro son 300 toneladas. Si el oro está a 40.000€ el kilo, son 16.000 millones, lo que recauda el Estado en una semana y media. En plata serían 6.000 toneladas por 500€ el kilo... 3.000 millones. Y en cobre sería mucho menos. La población de España era 3 veces inferior, así que multipliquemos la cantidad por 3 y equivale a un mes y medio de recaudación. Se podría hacer en una legislatura. Es más caro que una moneda de papel, pero merecería la pena a cambio de no tener inflación nunca jamás.

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